El consumo mundial de drogas ha alcanzado un nuevo récord, según el Informe Mundial sobre Drogas 2025, publicado este miércoles por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). El documento revela que más de 320 millones de personas en el mundo consumieron alguna sustancia ilícita durante el último año, lo que representa un incremento del 23 por ciento respecto a 2015.
El informe pone énfasis en el creciente dominio de las drogas sintéticas, como el fentanilo y la metanfetamina, las cuales están transformando el mercado global de estupefacientes. Estas sustancias, más baratas y potentes, están causando una verdadera crisis de salud pública en varias regiones del mundo.
«Las drogas sintéticas están arrasando comunidades enteras, sobre todo en América del Norte y partes de Asia. Su impacto mortal no deja de crecer”, advirtió Ghada Waly, directora ejecutiva de la UNODC.
El informe documenta grandes variaciones regionales en el uso de sustancias. En América del Norte, el uso de opioides sintéticos como el fentanilo sigue en aumento, siendo responsable de más del 70 por ciento de las muertes por sobredosis en Estados Unidos y Canadá.
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En Europa, el uso de metanfetamina y cannabis también mostró un repunte significativo, mientras que en África se detectó una alarma creciente por el consumo de tramadol y otras sustancias poco reguladas.
Uno de los datos más inquietantes del informe es el aumento del consumo entre adolescentes y mujeres jóvenes, sectores tradicionalmente menos afectados por estas sustancias. Según la UNODC, el uso de drogas entre jóvenes de 15 a 24 años creció un 30 por ciento en la última década.
El informe destaca que las drogas sintéticas, especialmente aquellas producidas en laboratorios clandestinos, están ganando terreno frente a drogas tradicionales como la marihuana o la heroína.
El fentanilo, un opioide hasta 50 veces más potente que la heroína, es el principal responsable de la crisis de sobredosis en Norteamérica, donde los sistemas de salud han quedado rebasados.
En Asia, especialmente en el sudeste, la metanfetamina continúa distribuyéndose a gran escala, con redes criminales utilizando rutas marítimas para llegar a nuevos mercados. La disponibilidad de estas drogas ha incrementado su uso en poblaciones vulnerables y ha disminuido su precio, lo que favorece su rápida expansión.
La UNODC subraya que el aumento en el consumo de drogas representa una amenaza directa a los objetivos de desarrollo sostenible y exige una respuesta coordinada entre gobiernos, organismos de salud y fuerzas del orden.
El informe recomienda implementar políticas centradas en la reducción de daños, el acceso equitativo a tratamientos para personas con trastornos por consumo de sustancias, y una mayor inversión en prevención, especialmente dirigida a jóvenes.
En cuanto a políticas públicas, la agencia de la ONU criticó los enfoques estrictamente represivos que, según sus datos, no han logrado frenar el problema. En su lugar, se enfatiza la necesidad de enfoques más integrales, basados en la evidencia científica y los derechos humanos.
«No se trata solo de combatir las drogas, sino de proteger la vida, la salud y la dignidad de quienes las consumen”, puntualizó Ghada Waly.
El Informe Mundial sobre Drogas 2025 ofrece un panorama alarmante pero necesario para entender la evolución del narcotráfico y el consumo a escala global. Con cifras récord y un mercado en rápida transformación, la comunidad internacional enfrenta uno de sus mayores desafíos sanitarios y sociales del siglo XXI.
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